Ricardo recuerda que “era muy despierta. A pesar de ser tan pequeña nos daba consejos a los bailarines. Éramos cuatro y se interesaba mucho por nuestras vidas”.
“En las presentaciones ella sonreía, pasaba las manos al público, correspondía al afecto que recibía. Pero un día la gente se puso impertinente. La niña notó que los asistentes se estaban poniendo pesados, que querían tocarla y pasarse de la raya. Entonces nos miró aterrorizada. Tuvimos que suspender el espectáculo para protegerla. Debo confesar que en esos tiempos Shakira me gustaba mucho, pero nunca se lo dije. Era muy fácil enamorarse de ella. Siempre tuvo un carisma y un modo de ser con el que se ganaba el cariño de todos”.
Anota que “pasó el tiempo y el grupo fue progresando. Empezaron a salir conciertos de mayor envergadura, pero muchos clientes pidieron a los padres de Shakira que no incluyeran a los bailarines, así poco a poco fueron desplazándonos. El final fue brusco, simplemente no nos llamaron más. No hubo despedida ni agradecimiento. De los compañeros de baile, uno que otro cree, Shakira preferiría evitar que se hablara de esa época”.
Años después, en la plenitud de su fama, cuando fue contratada para el reinado de Cartagena, “el Comandante de la Policía me comisionó para que le sirviera de escolta durante el tiempo que permaneciera en la ciudad. Ella, cuando me vio, se quedó mirándome sorprendida y me dijo: Richy, ¿eres tú?, ¿qué haces vestido de militar?.”
Trayecto entre Barranquilla y Cartagena. “Íbamos por tierra, a cada rato volteaba el rostro hacia la parte de atrás del vehículo, donde yo iba y se reía. Estaba feliz de verme. Ya en el hotel tuvo muchas consideraciones conmigo. A la hora del almuerzo su mamá le dijo: hay que conseguirle un sandwich a Ricky, y Shakira le contestó: cómo se te ocurre, él tendrá tratamiento especial, almorzará conmigo y espero que pida las especialidades del restaurante. Tenemos mucho de qué hablar.
“Estuvimos juntos poco tiempo. Ella quería dar una vuelta por Cartagena una vez terminara el show, pero un tipo, de maneras muy suaves, se le opuso. No podía salir porque al día siguiente tenía que viajar a Turquía. Le vi la cara de tristeza y cuando me despedí le dije con piedad y sonriente: Shakira, cuando andabas con nosotros eras más feliz”.
Fuente: El Heraldo
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